Como neoyorquinos orgullosos, creemos en la igualdad y la justicia para todas las personas. Realizar esta visión solo será posible si abordamos uno de los sistemas más explotadores e inequitativos que existen en nuestro Estado: la prostitución.

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El comercio sexual, particularmente la prostitución, se aprovecha de las personas más marginadas y vulnerables de nuestras comunidades: mujeres y niñas, especialmente de color, la población LGBTQ+, jóvenes que han huido de casa o están en el sistema de acogida, personas que experimentan la falta de hogar e inmigrantes indocumentados. Está arraigado en la desigualdad, que los proxenetas y traficantes explotan para vender a personas vulnerables a compradores de sexo con ingresos disponibles. En la prostitución, las personas vulnerables son tratadas como mercancías.

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Los proxenetas y traficantes, los propietarios de burdeles y de salones de masajes ilícitos, y los propios compradores de sexo causan daño físico y trauma emocional a las personas en prostitución que perdura toda la vida. De hecho, los sobrevivientes de trata de personas y prostitución han testificado en innumerables ocasiones que los compradores de sexo infligieron algunos de los peores daños que experimentaron cuando estaban "en la vida". Y el PTSD entre las personas en prostitución y los sobrevivientes de trata y prostitución es igual a los niveles encontrados entre los veteranos de combate. El sistema de comercio sexual opera con violencia física y psicológica. Las cicatrices traumáticas que deja no pueden ser reguladas o desreguladas. El comercio sexual no puede hacerse menos dañino.

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Nuestro Estado necesita un enfoque matizado y holístico para abordar la prostitución que reduzca este sistema explotador y proporcione recursos a quienes más lo padecen. Uno que:

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• Asegura que las personas en prostitución no sean procesadas ni encarceladas, reciban apoyo con servicios integrales y especializados (incluyendo acceso a vivienda, atención médica informada sobre el trauma, etc.), y se les ofrezcan opciones para ayudarles a salir del comercio sexual si así lo desean.

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• Responsabiliza a los proxenetas y traficantes, propietarios de burdeles y salones de masajes ilícitos, y a aquellos que alimentan el comercio con sus dólares – los compradores de sexo – por el daño que causan.

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• Reconoce que el comercio sexual, particularmente la prostitución, es donde ocurre la trata de personas; que la demanda de prostitución alimenta la trata de personas; y que penalizar esta demanda reduce el comercio sexual y asegura que cada vez menos personas vulnerables serán arrastradas hacia el daño.

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• Hace un llamado a los neoyorquinos para cumplir nuestra promesa de igualdad para todos mediante una amplia educación comunitaria con el objetivo final de promover la igualdad de género.

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Este es el Modelo de Igualdad.

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Actualización de abril de 2021: La Senadora Estatal Liz Krueger y la Miembro de la Asamblea Pamela Hunter presentaron la Ley de Justicia e Igualdad para Sobrevivientes del Comercio Sexual, proyecto de ley S6040/A7069, en ambas cámaras de la Legislatura del Estado de Nueva York. Redactada mientras se involucraba activamente a sobrevivientes y defensores para crear soluciones que ayuden de manera significativa a quienes están en prostitución, la Ley de Justicia e Igualdad para Sobrevivientes del Comercio Sexual llevará el Modelo de Igualdad a nuestro Estado. Aprende más acerca de lo que este proyecto de ley hará.  

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Hago un llamado a mis funcionarios electos estatales y locales, a las agencias y a mis compañeros neoyorquinos para apoyar el Modelo de Igualdad en nuestro Estado. ¡Aprueben la Ley de Justicia e Igualdad para Sobrevivientes del Comercio Sexual!